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Resulta difícil obtener Visas-U
Julio Antonio Molinet
El Diario de El Paso | 05-08-2011 | 22:02
El Diario de El Paso | 05-08-2011 | 22:02
El proceso para otorgar las Visas-U sigue siendo engorroso, por partida doble, indicó la Oficina de Servicios Diocesanos para Inmigrantes y Refugiados de El Paso (DMRS, por sus siglas en inglés). En ello “inciden diversos factores”, aseguró la directora ejecutiva de esa entidad, Iliana Holguín.
Por un lado, “los inmigrantes que han sufrido violencia tienen miedo a comunicarse por temor a la deportación”, dijo la abogada, y por el otro, “son muchos los elementos a considerar para demostrar que se califica para obtenerla”.
La Visa-U fue creada por el Congreso en el año 2000 como parte de la Ley de Protección de Víctimas del Tráfico de Personas y de la Violencia.
La misma concede beneficios temporales en materia migratoria a personas que han sufrido por delitos violentos dentro de los Estados Unidos con el requisito de que colaboren como testigos en los procesos legales que esclarecen esas acciones.
Holguín manifestó, que el contexto se recrudece aún más en los últimos tiempos “debido a las iniciativas contra los inmigrantes” promovidas, aprobadas y, en algunos casos, rechazadas en distintos estados de la unión.
“La situación es incierta y eso hace crecer el miedo de la gente, sobre todo en comunidades como la nuestra donde la mayoría aquí es origen hispano”, apuntó.
Y fundamentó que mucha “gente se aprovecha de esto para cometer una mayor cantidad de delitos contra los inmigrantes”, pues se sienten que pueden actuar bajo impunidad.
De igual forma, refirió que otro posible obstáculo es la propia oferta limitada de Visas-U, por parte del gobierno federal, con saldo anual de 10 mil.
No obstante, en 2008, la Oficina de Ciudadanía y Servicio de Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) recibió más de ocho mil 900 peticiones. Y aunque —de ese año— no se dispone información de cuántos casos son paseños, organizaciones civiles como UNO, atendieron 300 mujeres indocumentadas víctimas de la violencia.
Cada calendario, DMRS presenta alrededor de 100 solicitudes de Visa-U y “no lo hacemos si no creemos que van a calificar”, precisó, Holguín, “claro que hay casos de los que no sabemos algunos detalles que pueden ser de deportación”.
Por eso, la humanista recomendó, hacer las tramitaciones a través de una institución como DMRS, que cuenta con especialistas y abogados con suma experiencia.
La mexicana Gabriela “Navarrete” —quien acudió a DMRS y que recientemente recibió su visa U— testificó que en su caso “el proceso no fue tan difícil, lo más difícil fue el infierno que viví junto a mi ex pareja”.
“Después de haber soportado maltratos psicológicos, secuestro y amenazas de muerte, el tiempo trascurrido desde que denuncie mi caso hasta que recibí la visa U fue nada”, dijo.
Reveló que la urgencia por salvar su vida fue mayor que “el temor a la deportación”. Y destacó lo valioso de “la ayuda de la Policía con información de mis derechos legales”.
Según Holguín, para optar por una Visa-U, el solicitante debe demostrar “que ha sufrido abuso mental o físico relevante” como resultado de una acción criminal o similares “dentro del territorio de los Estados Unidos”.
Dentro de ello, la USCIS, incluye dentro de ese concepto: “violación, tortura, trafico, incesto, violencia doméstica, agresión sexual, acoso sexual, prostitución, explotación sexual y mutilación de genitales (mujer)”.
Por un lado, “los inmigrantes que han sufrido violencia tienen miedo a comunicarse por temor a la deportación”, dijo la abogada, y por el otro, “son muchos los elementos a considerar para demostrar que se califica para obtenerla”.
La Visa-U fue creada por el Congreso en el año 2000 como parte de la Ley de Protección de Víctimas del Tráfico de Personas y de la Violencia.
La misma concede beneficios temporales en materia migratoria a personas que han sufrido por delitos violentos dentro de los Estados Unidos con el requisito de que colaboren como testigos en los procesos legales que esclarecen esas acciones.
Holguín manifestó, que el contexto se recrudece aún más en los últimos tiempos “debido a las iniciativas contra los inmigrantes” promovidas, aprobadas y, en algunos casos, rechazadas en distintos estados de la unión.
“La situación es incierta y eso hace crecer el miedo de la gente, sobre todo en comunidades como la nuestra donde la mayoría aquí es origen hispano”, apuntó.
Y fundamentó que mucha “gente se aprovecha de esto para cometer una mayor cantidad de delitos contra los inmigrantes”, pues se sienten que pueden actuar bajo impunidad.
De igual forma, refirió que otro posible obstáculo es la propia oferta limitada de Visas-U, por parte del gobierno federal, con saldo anual de 10 mil.
No obstante, en 2008, la Oficina de Ciudadanía y Servicio de Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) recibió más de ocho mil 900 peticiones. Y aunque —de ese año— no se dispone información de cuántos casos son paseños, organizaciones civiles como UNO, atendieron 300 mujeres indocumentadas víctimas de la violencia.
Cada calendario, DMRS presenta alrededor de 100 solicitudes de Visa-U y “no lo hacemos si no creemos que van a calificar”, precisó, Holguín, “claro que hay casos de los que no sabemos algunos detalles que pueden ser de deportación”.
Por eso, la humanista recomendó, hacer las tramitaciones a través de una institución como DMRS, que cuenta con especialistas y abogados con suma experiencia.
La mexicana Gabriela “Navarrete” —quien acudió a DMRS y que recientemente recibió su visa U— testificó que en su caso “el proceso no fue tan difícil, lo más difícil fue el infierno que viví junto a mi ex pareja”.
“Después de haber soportado maltratos psicológicos, secuestro y amenazas de muerte, el tiempo trascurrido desde que denuncie mi caso hasta que recibí la visa U fue nada”, dijo.
Reveló que la urgencia por salvar su vida fue mayor que “el temor a la deportación”. Y destacó lo valioso de “la ayuda de la Policía con información de mis derechos legales”.
Según Holguín, para optar por una Visa-U, el solicitante debe demostrar “que ha sufrido abuso mental o físico relevante” como resultado de una acción criminal o similares “dentro del territorio de los Estados Unidos”.
Dentro de ello, la USCIS, incluye dentro de ese concepto: “violación, tortura, trafico, incesto, violencia doméstica, agresión sexual, acoso sexual, prostitución, explotación sexual y mutilación de genitales (mujer)”.
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